16 de noviembre de 2019

No perder la fe

Lc 18, 1-8
"Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: 'Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella misma ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: `¡Hazme justicia contra mi adversario!' Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: `Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que deje de una vez de importunarme.''

Dijo, pues, el Señor: 'Oíd lo que dice el juez injusto; pues, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?'

COMENTARIO

Cuando el Hijo de Dios nos dice que pronto se ha de hacer justicia, en realidad lo que quiere decirnos es que sí, que el Tribunal de Dios hará justicia… a su tiempo. Y es que, en realidad, no sabemos ni cuándo seremos llamados antes el mismo ni, sobre todo, cuándo va a volver Cristo en su Parusía.
El caso es que aquel juez no tenía conciencia alguna de que su poder no le venía de su propia validez sino de la voluntad de Dios de que eso fuera sí. Por eso se cree que es más de lo que es y se cree en el derecho de no cumplir con la función que tiene atribuida que no es otra que ser, precisamente, juez.
Jesucristo nos pide fe. Lo que quiere decirnos es que perseveremos en la creencia en Dios Todopoderoso y que hagamos según sea su santísima voluntad. Que perseveremos, pues, en la fe y que nunca nos dejemos dominar por el Enemigo y sus malas intenciones.


JESUS, gracias por avisarnos tantas veces de cómo debemos ser y hacer.

Eleuterio Fernández Guzmán

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