27 de noviembre de 2011

!Velad¡



Domingo I (B) de Adviento

Mc 13,33-37

“En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: ‘Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento. Al igual que un hombre que se ausenta deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele; velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!’”.


COMENTARIO

Dios no se ha ido de nuestra vida. Cuando el Creador creó el universo no nos dejó solos sino que, desde entonces mantiene su existencia. Sin embargo, es cierto que no sabemos cuándo se nos llamará y cuándo vendrá Jesucristo en su Parusía.

Cristo llegará de improviso y, por eso mismo, sólo podemos estar preparados. No nos puede encontrar dormidos en lo espiritual y alejados de su mano porque nos conviene más el mundo.

Estar en oración de forma continua y a lo largo del día es lo que nos pide Dios. Y debemos vigilar. Vigilar para que el mundo no se adueñe de nuestro corazón y vigilar para mantener una fidelidad digna de ser llamada así.


JESÚS, siempre permaneciste atento a la voluntad de Dios y nunca te dejaste dominar por el mundo. Orabas sabiendo que tu Padre te escuchaba y te mantuviste siempre fiel al Creador. Eso es lo que quieres para cada uno de nosotros, hermanos tuyos e hijos del mismo Padre.


Eleuterio Fernández Guzmán

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