6 de septiembre de 2011

Apóstoles y discípulos

Martes XXIII del tiempo ordinario

Lc 6,12-19

“En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.
Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.”


COMENTARIO

Jesús vino porque tenía una misión que cumplir y que no era otra que transmitir la Palabra de Dios al mundo y, así, para que se cumpliera la voluntad del Creador y su Ley. Sabía, así, que tenía que escoger a un grupo de personas que le ayudaran a llevar a cabo tales menesteres.

Eligió a doce porque, seguramente, quería representar con ello a las 12 tribus de Israel, pueblo escogido y elegido por Dios para llevar su Palabra a la humanidad. Escogió, también, a hombres.

Sabían, aquellos que le seguían, primeros discípulos de Cristo, que no era una persona más y, ni siquiera, un sabio más de los que entre ellos predicaban. Reconocían en su persona a Quien tenían que venir y por quien el pueblo elegido estaba esperando muchos siglos. Le seguían porque creían en Él, porque tenían fe.



JESÚS, escogiste a los que quisiste. Ellos tenían, por delante, una labor muy importante que llevar a cabo y, aunque, como sabemos, te abandonaron en el momento más difícil de tu Pasión serían los que llevasen la Palabra de Dios al mundo. Nosotros, por nuestro lado, no deberíamos olvidar que somos, por eso mismo, apóstoles modernos, de ahora mismo.





Eleuterio Fernández Guzmán

No hay comentarios:

Publicar un comentario