Mt 5, 33-37
“33 ‘Habéis oído también que se dijo a los
antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. 34 Pues
yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo =, porque es el trono de Dios,
35 ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque
es la ciudad del gran rey. 36 Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno
solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. 37 Sea vuestro lenguaje:
"Sí, sí’; ‘no, no’: que lo que pasa de aquí viene del Maligno.”
COMENTARIO
A
lo largo de muchos diálogos y muchas conversaciones, el Hijo de Dios enseñaba
lo que, en realidad, era la Ley de Dios verdaderamente comprendida. Y es que muchos
creían cumplirla aunque, en realidad, andaban muy lejos de eso.
No
podemos negar que hay muchas verdades que pone sobre la mesa Jesucristo que no
pueden ser del agrado de algunos de los que le escuchan. Y es que no siempre
viene bien escuchar lo que es cierto y verdad.
Algo
muy importante: donde la Ley de Dios dice una cosa no se puede decir la
contraria y cuando establece algo como malo no puede ser bueno. Y eso era una
lección muy difícil de aceptar.
JESÚS, gracias por enseñarnos lo que vale la pena.
Eleuterio Fernández Guzmán
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