22 de septiembre de 2013

Saber escoger lo que nos conviene


 




Domingo XXV (C) del tiempo ordinario

Lc 16,1-13

“En aquel tiempo, Jesús decía también a sus discípulos: ‘Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; le llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando’. Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas’. 
‘Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’. Respondió: ‘Cien medidas de aceite’. El le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta’. Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’. Contestó: ‘Cien cargas de trigo’. Dícele: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta’.
‘El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. Yo os digo: Haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. Si, pues, no fuisteis fieles en el dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro? Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero’”.


COMENTARIO

 Ser fiel

La fe no ha de ser tenida en cuenta según unos mínimos los cuales no seamos capaces de superar. Quien tiene una fe pequeña también puede tenerla granda con tal solo querer que eso sea así.

Ser justo


Bien podemos decir que quien no es capaz, ante su prójimo o ante sí mismo, de ser justo, difícilmente puede llegar a altas cotas de justicia. Lo mínimo siempre es la base de lo máximo.

Servir a Dios


Se nos da a escoger entre Dios y el mundo o, aquí, entre Dios y el dinero. La elección, según las consecuencias que todos sabemos (vida eterna-Dios; muerte eterna-mundo), debería estar más que definida y establecida.



JESÚS, según lo que nos dices debemos, tener fe y ser justos. Así seguiremos a Dios. Ayúdanos a no perder nunca el horizonte de vida de nuestro Creador.



Eleuterio Fernández Guzmán


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