14 de febrero de 2012

Mala levadura






Martes VI del tiempo ordinario





Mc 8, 14-21





“En aquel tiempo, los discípulos se habían olvidado de tomar panes, y no llevaban consigo en la barca más que un pan. Jesús les hacía esta advertencia: ‘Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes’. Ellos hablaban entre sí que no tenían panes. Dándose cuenta, les dice: ‘¿Por qué estáis hablando de que no tenéis panes? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Es que tenéis la mente embotada? ¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? ¿No os acordáis de cuando partí los cinco panes para los cinco mil? ¿Cuántos canastos llenos de trozos recogisteis?». «Doce», le dicen. «Y cuando partí los siete entre los cuatro mil, ¿cuántas espuertas llenas de trozos recogisteis?’ Le dicen: ‘Siete’. Y continuó: ‘¿Aún no entendéis?’.







COMENTARIO





Jesús, podría pensarse, hablaba muchas veces de una forma que no era fácilmente entendible. Para aquellos que tenían su corazón cerrado a Dios y a su verdadera Ley, escuchar lo que decía el Hijo de Dios y Dios hecho hombre, podía resulta difícil de entender.





Jesús les pregunta si es que no acaban de entender lo que les decía. Y no lo entendían. Por eso mismo tenía que hacer sus apartes y explicarles lo que, a lo mejor, decía a muchas más personas. Tenían que comprender lo que les decía porque luego ellos tenían que transmitir lo que habían escuchado y visto hacer.





La levadura era para Jesús algo muy importante. En la masa convierte a la misma en un buen pan y lo mismo hace la que es espiritual. Sin embargo, si la levadura está caducada o no es buena nada bueno se puede sacar de ella. Y eso para con la de aquellos fariseos.






JESÚS, adviertes muchas veces a los que te quieren escuchar sobre lo bueno y lo malo y sobre lo que conviene y no conviene saber y hacer. Nosotros, muchas veces, hacemos casi lo mismo que aquellos fariseos.











Eleuterio Fernández Guzmán







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