24 de febrero de 2012

El Novio está presente



Viernes después de Ceniza





Mt 9, 14-15





“En aquel tiempo, se le acercan los discípulos de Juan y le dicen: ‘¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?’. Jesús les dijo: ‘Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán’”.





COMENTARIO





Juan el Bautista tenía discípulos que seguían las enseñanzas del que clamaba en el desierto. Ayunaban como una práctica espiritual y lo debían hacer en bastantes ocasiones porque entendían que era lo correcto de cara a Dios. Se extrañaban que los discípulos de Jesús no hicieran lo mismo.





Jesús, como Dios hecho hombre, entendía las cosas del espíritu de una forma distinta a como las habían entendidos los miembros del pueblo elegido por el Creador para transmitir su Palabra. Siempre ponía por encima de lo que pudiera considerarse material, lo espiritual.





El ayuno que prescribe Jesús lo es para después de su muerte, y muerte de cruz. Entonces, como recuerdo a quien tanto les había enseñado y a quien había dado su vida por ellos, llevarían a la práctica el ayuno. Mientras tanto no debían ayunar sino sentirse invitados a una boda en la que el Mesías era el novio.






JESÚS, mientras permanecías en vida terrena entre tus discípulos no entendiste que se tuviera que hacer ningún tipo de ayuno. Habías llegado Tú, Dios hecho hombre y, por eso mismo, no era necesaria tal práctica. Muchos no entendieron, todavía, que era por eso por lo que debían esperar para ayunar. Muchos, incluso, no lo entienden ahora mismo.







Eleuterio Fernández Guzmán


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