22 de octubre de 2020

Palabra de Dios, Sus palabras

Lc, 12, 49-53


49He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! 50 Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! 51 ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. 52 Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos: tres contra dos, y dos contra tres; 53 estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.’”


COMENTARIO


No podemos negar que las palabras del Hijo de Dios son terribles. Y es que no ha venido, según dice Él mismo, a traer sino guerra y enfrentamiento. Lo que pasa es que, como suele pasar con Jesucristo, hay que entender lo que nos quiere decir.


Está claro que el hijo de María y, adoptivo, de José, no había sido enviado al mundo a provocar, provocando, enfrentamiento entre personas y, más aún, dentro de las propias familias. Se refiere a otra cosa.


A causa de Él, por Él y por lo que representan y son sus palabras (que es Palabra de Dios) hay enfrentamientos, los ha habido y los habrá hasta que vuelva en su Parusía, porque hay muchas personas que no creen en ellas. Y lo peor es que pretenden anularlas como si nunca hubieran sido dichas.



JESÚS, gracias por soportar lo que soportaste.



Eleuterio Fernández Guzmán

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