7 de octubre de 2016

Saber con Quién nos corresponde estar


Viernes XXVII del tiempo ordinario
Lc 11,15-26

“En aquel tiempo, después de que Jesús hubo expulsado un demonio, algunos dijeron: ‘Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios’. Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo. 

Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: ‘Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?, porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.

‘Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: ‘Me volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar la encuentra barrida y en orden. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio’”.

COMENTARIO

Decir una cosa como dicen aquellos que, aquí, quieren atacar a Jesús, era decir algo muy grave. Y es que decir que trabajaba para Satanás era un poco exagerado y, además, una falsedad más que grande.

Jesucristo, ante esto, arremete con sus propias palabras. Sin duda alguna, ellos no podían creer que sus hijos expulsaban demonios por orden de Satanás. Y eso justificaba, a la perfección, que era Él el Hijo de Dios y que el Reino había llegado.

Por eso el Hijo del Padre Todopoderoso sabe que nos conviene más que mucho seguirlo a Él. Es la única forma de no desparramar ni perder el tiempo sino, al contrario, recogerlo todo en nuestro corazón y llevarlo al prójimo como expresión de amor a Dios.

JESÚS, ayúdanos a no equivocarnos en nuestra elección espiritual, a seguirte a Ti siempre.



Eleuterio Fernández Guzmán

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