30 de octubre de 2015

El verdadero sentido de la Ley de Dios

Viernes XXX del tiempo ordinario

Lc 14,1-6

Un sábado, Jesús fue a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Había allí, delante de Él, un hombre hidrópico. Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: ‘¿Es lícito curar en sábado, o no?’. Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: ‘¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?’. Y no pudieron replicar a esto.

COMENTARIO

Al parecer, para el ser humano de la época de Jesús, para el judío entendido en la “Ley” de Dios, había cosas que se podían hacer en sábado y otras que no. Pero lo que parece es que algunas son demasiado de la conveniencia de quien así actúa.

Pero Jesús sabe que no es el hombre no está hecho para el sábado sino, en todo caso, el sábado está hecho para el hombre. Pero, sobre todo, se ha de tener en cuenta algo que es muy importante y que muchas veces olvidaban aquellos que le criticaban.

La misericordia no podía ser olvidada. Por eso Jesús se molesta porque haya personas que se preocupen tanto porque ha curado a una persona necesitada de curación precisamente en sábado. Sin embargo, ellos sí hacían otras cosas propias de su conveniencia.


JESÚS, ayúdanos a comprender perfectamente el sentido de la Ley de Dios.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

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