6 de julio de 2012

Salvar a quien necesita ser salvado





Viernes XIII del tiempo ordinario

Mt 9, 9-13

“En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: ‘Sígueme’. Él se levantó y le siguió. Y sucedió que estando Él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos. Al verlo los fariseos decían a los discípulos: ‘¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?’. Mas Él, al oírlo, dijo: ‘No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal. Id, pues, a aprender qué significa aquello de: ‘Misericordia quiero, que no sacrificio’. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores’".


COMENTARIO

Jesús buscó a quienes quiso para que le siguieran. Como dijera que decir que los que necesitaban médico son los enfermos, hace lo propio con aquel recaudador de impuestos al que tantos odiaban.

Muchos preguntaban acerca de la actitud de Jesús y de sus discípulos. Les parecía extraño que hicieran determinadas cosas o que actos como el mismo de comer en comunidad (muy importante en el mundo judío) no fueran presididos por lo que entendían era lo lógico y que no era otra cosa que no comer con pecadores.

Jesús salva y, por eso mismo necesita acercarse a los que pueden necesitarlo aún sin saber que lo necesitan. Seguramente Mateo estaba contento con la vida que llevaba. Sin embargo, siguió al Mesías porque vio en el Hijo de Dios a Quien le podía ofrecer algo más importante que lo material.

JESÚS,  aquellos que necesitan la salvación saben que es importante que te acerques a ellos. Muchas veces, sin embargo, no atendemos  a lo que nos conviene sino, al contrario, lo que es muy contrario a la voluntad de Dios.



Eleuterio Fernández Guzmán


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