21 de mayo de 2012

Recibir la paz de Cristo






Lunes VII de Pascua

Jn 16,29-33

“En aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús: ‘Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios’. Jesús les respondió: ‘¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo’”.

COMENTARIO

Muchos de aquellos que seguían a Jesús necesitaban de algo más que pruebas para creer en lo que decía y, en realidad, para tener bien asentado en su corazón el hecho de que era el Mesías. Al parece habían llegado a creer.

En realidad, Jesús sabía que no tenían tan claro lo que decían porque sabía a la perfección que cuando llegara el momento de la crucifixión y la subsiguiente muerte casi todos huirían y saldrían corriendo.

Sabía Jesús, sin embargo, que no estaba solo porque Dios estaba con Él. También sabía que aunque el mundo creyese que le había vencido era Él quien había resultado vencedor y, por eso mismo, podía dar ánimos a los que le seguían.


JESÚS,  sabes que seremos perseguidos como lo fuiste Tú. Sin embargo, bien nos puedes animar porque sabes que vences a la muerte y al Mal. Sin embargo, en muchas ocasiones parece que no nos importa lo que dices ni lo que has hecho por nosotros.



Eleuterio Fernández Guzmán


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