26 de octubre de 2011

Una Fe firme







La Fe ha sostenido, a lo largo de la historia, a millones de seres humanos que han visto en ella un sostén para su existencia. En ella se han podido refugiar en momentos de duda; en ella han podido ir a beber como la cierva a la fuente y han podido, así, continuar su camino hacia el definitivo reino de Dios.

También ha servido para formar una comunidad de creyentes que, surgiendo de la desesperación y el desánimo, han dado un paso adelante.

Por eso la Fe nos ha de hacer cumplir con nuestra obligación de creyentes. Y esto en una serie de sentidos que no podemos dejar de lado:

Estar con la Iglesia católica

En estos momentos de tribulación es cuando más apoyo tenemos que prestar a la Iglesia católica porque es cuando más se necesita la manifestación, por parte de los creyentes, del amor que tenemos hacia quien nos acoge en su seno y nos abraza como madre que ama a sus hijos y para los que quiere lo mejor.

Estar con la Iglesia católica para un católico ha de ser, por eso, algo natural, necesario y, además, esperado.

Estar con el Papa

Al Santo Padre se le está atacando a costa del tema de la pederastia como si fuera culpable de lo sucedido. Por eso Benedicto XVI merece todo el apoyo por parte de la grey que pastorea porque, además, está llevando a cabo acciones, dentro de la legitimidad, en aras de dar solución a la difícil situación por la que pasa la Iglesia católica.

Estar con el Papa es, por eso mismo, una grave obligación que no podemos olvidar ni podemos dejar de llevar a cabo.

Estar con los obispos

No podemos dar la espalda a los pastores que, a su vez, pastorean también a los sacerdotes. Si su diligencia, en determinados casos ha podido no ser la más adecuada, no por ello podemos abandonarlos como para que resulten inculpados por unos casos que, en el peor de los casos, les ha tocado en desgracia lidiar.

Tener fe es, en este caso, prueba de fidelidad y filiación espiritual.


Estar con los sacerdotes

Son los sacerdotes, en cuanto católicos determinados y concretos, los que más están sufriendo los ataques de cierto tipo de personas desaprensivas. Injustamente vilipendiados por los casos de pederastia son, en este momento y ahora mismo, atacados venga a cuento o no venga a cuento por el hecho mismo de ser lo que son.

A este respecto, el 22 de mayo de 2010 se puso en marcha en la arquidiócesis de Monterrey la Red de Laicos Católicos en Defensa de sus Pastores.

Daniel Sanabria, coordinador de Profesionistas de Monterrey señaló que no se pueden ocultar los casos de pederastia. Sin embargo, no podemos olvidar que de los alrededor de 400.000 sacerdotes y 5.000 obispos que hay en el universo católico, la gran mayoría de ellos “viven fieles a su ministerio y vocación” .

Y es que, en efecto, no podemos hacer otra cosa y tenemos que aplicar, más que nunca aquello de Cor unum et anima una.

Eleuterio Fernández Guzmán

Publicado en Acción Digital

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