23 de octubre de 2011

Mandamientos de la Ley de Dios





Domingo XXX (A) del tiempo ordinario

Mt 22,34-40

“En aquel tiempo, cuando oyeron los fariseos que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: ‘Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?’. Él le dijo: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas’.

COMENTARIO

Aquellos que preguntaban a Jesús querían que se equivocara o que dijera algo que no estuviera de acuerdo con el pensamiento general. Sin embargo, Jesús, que es Dios hecho hombre, siempre tenía la respuesta adecuada para cada una de sus trampas.

El pueblo judío, elegido por Dios, había conformado una serie de normas que recaían en muchos aspectos de la vida de los que allí habitaban. Sin embargo, Jesús resume toda la Ley en dos mandamientos: amar a Dios y amar al prójimo como a uno mismo.

Aquello que Jesús les decía no era poca cosa porque amar a Dios sobre todas las cosas significaba ser misericordioso con el prójimo, perdonar y ser servicial con el mismo prójimo. Esto era contrario a lo que muchos de aquellos “sabios” de la Ley decían y enseñaban y por eso mismo se pusieron tan en contra el Mesías.


JESÚS, bastaba con cumplir el amor a Dios y el amor al prójimo. Era suficiente como para decirse, con justicia, hijo de Dios y descendiente del Creador. Sin embargo, muchos de tus contemporáneos no estaban de acuerdo con ser sensibles al daño ajeno y con querer, incluso, a sus enemigos.


Eleuterio Fernández Guzmán


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