Jn 13,16-20
“Después de lavar los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: ‘En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envía. Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: el que come mi pan ha alzado contra mí su talón. Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy. En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado’.
COMENTARIO
El evangelio del servicio es uno de los que Jesús vino a traer al mundo. Era tan importante que en la Última Cena hizo todo lo posible para que supieran que Él mismo lo ponía en práctica.
Jesús envía a sus discípulos a sabiendas de que, en efecto, son enviados del Hijo de Dios. Por lo tanto, si alguien los recibe será igual que si recibiera al mismo Jesucristo. Y, por tanto, quien sea consciente de que, acogiéndole a Él mismo acoge al Padre tendrá la vida eterna.
Algo muy importante dice Jesús: el siervo no puede ser más que su amo. Por eso lo mínimo que puede ser quien es discípulo de Cristo es trata de imitar su forma de vida porque, en efecto, nunca podrá ser más que el Maestro.
JESÚS, enseñaste a tus discípulos que era muy importante aprender a servir y, así, a ser el último de entre los presentes. También les enseñaste que los enviabas y que te recibirían a Ti si los recibían a ellos. Nosotros también deberíamos comprender que somos enviados tuyos y no cejar en el empeño de serlo.
Eleuterio Fernández Guzmán
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