7 de junio de 2020

Dio a su Único Hijo



Jn 3, 16-18

16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo,  sino para que el mundo se salve por él. 18 El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.


COMENTARIO


Lo que nos dice este texto del Evangelio de San Juan es, digamos, bastante grave. Y es que siente las bases mismas de la salvación eterna y, por decirlo de alguna forma, pone las cosas en su sitio.

Dios envió al mundo a su Hijo, engendrado y no creado. Y lo hizo porque sabía que el mundo debía ser salvado. Por eso no lo envió a juzgar sino a cumplir con la misión fundamental de su vida de hombre: procurar que se salvasen aquellos que se les había entregado.

Curiosamente, al final de este texto se sientan las bases de la salvación: hay que creer en Jesucristo como el Enviado de Dios, el Mesías. Sólo así es posible salvarse. De otra forma, no.



JESÚS, gracias por haberte entregado hasta el extremo.



Eleuterio Fernández Guzmán

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