22 de agosto de 2017

La Reina del Universo

Lc 1, 26-38


“26 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28 Y entrando, le dijo: ‘Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.’
29 Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
30 El ángel le dijo: ‘No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le
dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.’ 34 María respondió al ángel: ‘¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?’
35 El ángel le respondió: ‘El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder
del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. 36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, 37 = porque ninguna cosa es imposible para Dios.’ = 38 Dijo María: ‘He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.’ Y el ángel dejándola se fue. 39 En aquellos días, se levantó,”

COMENTARIO

Misión de Gabriel

El enviado de Dios al mundo para comunicar a una niña que había sido elegida por el Creador par ser su hermano debía cumplir su misión con perfección absoluta. Por eso se dirige a María con dulzura y llamándola “llena de gracia”.


Escoger a María

Debía Dios, porque eso era lo que quería para salvar a la humanidad caía, escoger a quien iba a ser su Madre. Y conociendo a María, la joven de Nazaret, de su piedad y castidad, no dudó lo más mínimo en escogerla.


El sí de la Madre


Es bien cierto que María podía haber dicho otra cosa al Ángel Gabriel. Sin embargo, en teniendo en cuenta que era piadosa y amaba a Dios sobre todas las cosas que dijera que ella era la “esclava del Señor” era expresión de un amor bien cierto y verdadero.


JESÚS, gracias por María, gracias por la Madre.

Eleuterio Fernández Guzmán


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