26 de abril de 2016

Ir al Padre para enviar al Espíritu


Martes V de Pascua
Jn 14,27-31a

En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado’”.

COMENTARIO

Jesús debe tranquilizar a sus apóstoles porque sabe que están más que preocupados por la situación ante la que se encuentra. Pero les da la paz. No se trata de la paz del mundo sino de la de Dios Padre Todopoderoso.

Jesús sabe que no quieren perderle. Por eso les habla de Dios Padre, de su Padre y el de sus apóstoles. Y sabe que es muy importante que vaya y suba al Creador porque entonces enviará al Espíritu Santo.

Jesús, en toda la misión que desempeña, sabe perfectamente que actúa en nombre de Dios, que todo lo hace porque el Padre le ha dicho que lo haga. Y lo mismo hará el Espíritu Santo cuando, en Pentecostés, lo envíe sobre sus apóstoles.

JESÚS, ayúdanos a escuchar las mociones del Espíritu Santo



Eleuterio Fernández Guzmán

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