23 de abril de 2016

Cristo habla por Dios porque es Dios


Jn 14,7-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto’. Le dice Felipe: ‘Señor, muéstranos al Padre y nos basta’. Le dice Jesús: ‘¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. 

‘Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si pedís algo en mi nombre, yo lo haré’”.

COMENTARIO

Llevamos algunos días en los que Jesús habla de lo mismo que tiene que ver con su relación con Dios, su Padre y el nuestro. Entonces lo hizo porque lo esencial de su misión era que se comprendiese que la vida eterna tenía mucho que ver con Él.

Jesús dice algo importante: habla con unas palabras que no son suyas. Y no son no porque no tenga capacidad de decirlas sino porque las dice viniendo de Dios. Es decir su palabra es la Palabra.

Y algo crucial: lo que pidamos en nombre de Cristo será concedido por Dios. Ahora bien, será concedido si nos conviene porque no sería, valga la redundancia, conveniente que hiciéramos uso de eso para pedir cualquier cosa, cualquiera barbaridad.


JESÚS, ayúdanos a pedir en tu nombre y a tenerlo siempre en nuestro corazón.



Eleuterio Fernández Guzmán

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