20 de octubre de 2015

Cuando Cristo vuelva debemos estar preparados

Martes XXIX del tiempo ordinario

Lc 12,35-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!’”.


COMENTARIO

A lo largo del tiempo que estuvo predicando el Hijo de Dios sabía que había algo que debía transmitir y que debía enseñar: era importante saber que el destino del ser humano tiene todo que ver con la vida eterna.

Jesús pone un ejemplo sencillo. Quien sirve a alguien ha de estar preparado para cuando su señor vuelva a casa. Si lo está no será él quien sirva sino que el propio señor, dándose cuenta la voluntad de su siervo, quien le sirva.

Eso quiere Jesús que hagamos al respecto de nuestra vida espiritual y, así, material. Y es que quiere que estemos preparados para cuando vuelva en su Parusía. No sabemos cuándo ha de ser y, por eso mismo, siempre debemos estar alerta ante las asechanzas del Enemigo.


JESÚS, ayúdanos a estar preparados para cuando vuelvas.



Eleuterio Fernández Guzmán

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