6 de noviembre de 2014

Dios salva a los que necesitan ser salvados

Jueves XXXI del tiempo ordinario


Lc 15,1-10

En aquel tiempo, todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: ‘Éste acoge a los pecadores y come con ellos’. 

Entonces les dijo esta parábola. ‘¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido’. Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión. 

‘O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido’. Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta’”.


COMENTARIO

Es muy cierto que, en tiempos de Jesús, había muchos que se decían maestros y gustaban de ser escuchados por otros como ellos. Sin embargo, Jesús no había venido al mundo a ser llamado bueno sin serlo sino, al contrario, a ser bueno y así ser llamado.

A Jesús, sin embargo, muchos no creían en lo que predicaba. Y murmuraban porque veían como se acercaba mucho a los considerados pecadores. El caso es que Jesús había venido a salvar a los que muchos consideraban perdidos.

Jesús pone ejemplos. Aquella manera de enseñar era la que comprendían los hombres de su tiempo. Y los ejemplos que pone les dicen algo muy importante: hay que salvar lo que está perdido pues, de otra manera, ¿qué mérito se tiene?




JESÚS, ayúdanos  tener en cuenta lo que, de verdad, importa en nuestras vida.

Eleuterio Fernández Guzmán

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