15 de junio de 2014

Creer en Cristo



Jn 3, 16-18


“16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. 18 El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios”.

COMENTARIO

El Amor de Dios bien se puede escribir con mayúsculas. Tal es así porque así merece ser escrito. Y es que cuando el Creador quiso salvar al mundo no pensó otra cosa que hacer a lo grande y entregó a su Hijo, Cristo. Y ya sabemos lo que pasó con Él.
Pero, además, Dios entrega a su hijo para que la humanidad se salve. Así sucedió y, para que tal acción tenga repercusión en la historia, eterna, de la semejanza de Dios, ha de creer, ésta, en quien fue enviado por el Todopoderoso. Así habrá salvación de la misma.
Sin embargo, hay en este texto un grave y gran aviso: quien no crea en el Hijo de Dios se condenará pues ya está juzgado por el Creador. Y es que Dios sabe que sólo creyendo en Cristo y teniéndolo como Dios mismo hecho hombre, la salvación puede entrar en el corazón del ser humano.

JESUS, sabes que es muy importante creer en Ti. No lo haces por egoísmo sino porque es la voluntad de tu Padre. Ayúdanos a no desdecirnos nunca, nunca, de nuestra confianza en Ti.



Eleuterio Fernández Guzmán 

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