24 de marzo de 2012

Cristo es el Cristo


Sábado IV de Cuaresma


Jn 7, 40-53

“En aquel tiempo, muchos entre la gente, que habían escuchado a Jesús, decían: ‘Éste es verdaderamente el profeta’. Otros decían: ‘Éste es el Cristo’. Pero otros replicaban: ‘¿Acaso va a venir de Galilea el Cristo? ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David?’.

Se originó, pues, una disensión entre la gente por causa de Él. Algunos de ellos querían detenerle, pero nadie le echó mano. Los guardias volvieron donde los sumos sacerdotes y los fariseos. Estos les dijeron: ‘¿Por qué no le habéis traído?’. Respondieron los guardias: ‘Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre’. Los fariseos les respondieron: ‘¿Vosotros también os habéis dejado embaucar? ¿Acaso ha creído en Él algún magistrado o algún fariseo? Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos’.

Les dice Nicodemo, que era uno de ellos, el que había ido anteriormente donde Jesús: ‘¿Acaso nuestra Ley juzga a un hombre sin haberle antes oído y sin saber lo que hace?’. Ellos le respondieron: ‘¿También tú eres de Galilea? Indaga y verás que de Galilea no sale ningún profeta’. Y se volvieron cada uno a su casa.


COMENTARIO

Que haya personas que crean que porque se es poderoso se tiene la razón y que cualquier otra opinión no vale la pena es algo que entre dentro de la normalidad humana. Así actúan con Jesús muchos de los que le escuchan.

Los poderosos del tiempo de Jesús no son capaces de entender que habla con una autoridad que no es propia de ellos mismos. Por eso quieren que desaparezca y por eso mismo critican que hayan personas que sí que estén de acuerdo con lo que dice el Mesías.

Lo más curioso es que ellos mismos dicen que el Enviado nacerá en Belén ignorando, a lo que parece, que Jesús era, en efecto, de la descendencia de David y que había nacido en aquel pueblo de Galilea. Ignoran lo que no les conviene saber porque eso iría contra sus ideas preconcebidas acerca del Mesías.



JESÚS, entre aquellos que te escuchaban había muchos, los más poderosos, que no estaban de acuerdo con lo que decías y con lo que hacías. A pesar de saber que debías nacer en Belén no tienen por bueno que Tú nacieras en Belén. Se manifestaban como ciegos ante lo que veían que es, exactamente, lo que nos pasa a nosotros en muchas ocasiones.




Eleuterio Fernández Guzmán


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