12 de febrero de 2011

Oír y hablar para alabar a Dios


Mc 7,31-3

En aquel tiempo, Jesús se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: ‘Effatá», que quiere decir: “¡Ábrete!’.

Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían: ‘Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos’”.

COMENTARIO
En una ocasión, los discípulos de Juan el Bautista acudieron a Jesús para preguntarle si era, su primo, el Enviado a quien todo el pueblo elegido estaba esperando. Les dijo que dijeran a Juan que los ciegos veían y que los cojos andaban. Así se habían cumplido las profecías.

Los sordos oyen. Es una forma muy particular no sólo de curar la enfermedad de una persona sino, además, de destapar algo más que le oído físico. El espiritual, oído, era el que tenían que poner en práctica aquellos otros nosotros.

Le abrió el oído a quien lo tenía cerrado. Pero, a la vez, lógicamente, la lengua, que por su enfermedad auditiva no había puesto en práctica en demasía, también le quedó liberada. Pudo hablar, así, de la gloria de Dios y decir, con sus amigos, “todo lo ha hecho bien” refiriéndose a Jesús.



JESÚS,  liberando a aquella persona sorda y casi muda lo incorporaste a la sociedad que, seguro, tenía apartado por relacionar su enfermedad con algún pecado que podría haber cometido aquella persona o sus padres. Así, también, a nosotros mismos, nos liberas de nuestras torpezas de oído y de boca y podemos, como aquellos, decir que todo lo haces bien y que, sobre todo, es por nuestro bien y nuestra eternidad.


Eleuterio Fernández Guzmán

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