14 de febrero de 2011

Creer es confiar


Mc 8,11-13

“En aquel tiempo, salieron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús, pidiéndole una señal del cielo, con el fin de ponerle a prueba. Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser, dice: ‘¿Por qué esta generación pide una señal? Yo os aseguro: no se dará a esta generación ninguna señal’. Y, dejándolos, se embarcó de nuevo, y se fue a la orilla opuesta.”


COMENTARIO

Muchas veces aquellos que vivían y veían a Jesús le pedían que hicieran una señal. Necesitan que demostrara que era un gran profeta porque no actuaban, en eso, como seres humanos pegados a la tierra.

Una señal le pedían. Pero Jesús no quería que siguiesen por ese camino de increencia y que creyesen en él. Así los deja al igual que nosotros mismos le dejamos por las cosas del mundo y miramos para otro lado cuando nos dice que lo que hacemos no es lo que Dios quiere que hagamos.

Jesús se fue al otro lado, al orilla opuesta, porque aquellos que lo veían y vivían con él no estaban seguros de que lo hacía fuera por voluntad de Dios. Se alejó de ellos.



JESÚS, muchas veces no confiamos en Dios y necesitamos señales que nos demuestren lo que no somos capaces de entender como bueno por nuestra fe. No nos basta con estar seguros sino que, como seres humanos que somos, necesitamos algo más que, en tu corazón, ha de ser algo menos.


Eleuterio Fernández Guzmán

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