17 de enero de 2023

Odres nuevos

Mc 2, 23-28


"Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: '¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?' Jesús les respondió: '¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!'” 

COMENTARIO

No podemos negar que la doctrina que el Hijo de Dios vino a traer al mundo muchas veces chocaba con la que había. Y no es de extrañar para nada porque era la de Dios que había sigo muy tergiversada a lo largo de los siglos desde que le fue dada al hombre. 

Hay quien no entiende que los discípulos de Jesucristo hagan lo que hacen. Y es que, como decimos arriba, no podían estar a las cosas de la ley del mundo porque su Maestro había venido a traer un vino nuevo...

El vino nuevo que, en realidad, era el mismo que nunca debía haber sido aguado por el hombre y sus leyes, era el que necesitaba corazones nuevos porque los viejos, como odres viejos frente a vino nuevo, no podían contenerlo. Y eso era lo que quería el Hijo de Dios y, vamos, eso de lo que quiere ahora mismo...


JESÚS, gracias por hacer lo que debías hacer a pesar de muchos...

Eleuterio Fernández Guzmán

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