Mc 9, 14-18.22b-26a.28-29
“14 Al
llegar donde los discípulos, vio a mucha gente que les rodeaba y a unos
escribas que discutían con ellos. 15 Toda la gente, al verle, quedó sorprendida
y corrieron a saludarle. 16 El les preguntó: ‘¿De qué discutís con ellos?’ 17
Uno de entre la gente le respondió: ‘Maestro, te he traído a mi hijo que tiene
un espíritu mudo 18 y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace
echar espumarajos, rechinar de dientes y le deja rígido. He dicho a tus
discípulos que lo expulsaran, pero no han podido.’ 22 Y muchas veces le ha
arrojado al fuego y al agua para acabar con él; pero, si algo puedes, ayúdanos,
compadécete de nosotros.» 23 Jesús le dijo: ‘¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es
posible para quien cree!’ 24 Al instante, gritó el padre del muchacho: ‘¡Creo,
ayuda a mi poca fe!’ 25 Viendo Jesús que se agolpaba la gente, increpó al
espíritu inmundo, diciéndole: ‘Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él
y no entres más en él.’ 26 Y el espíritu salió dando gritos y agitándole con
violencia 28 Cuando Jesús entró en casa, le preguntaban en privado sus discípulos:
‘¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?’ 29 Les dijo: ‘Esta clase con nada
puede ser arrojada sino con la oración.’”
COMENTARIO
Lo
que dice, justamente al final, el Hijo de Dios, es tan importante que nunca
deberíamos olvidarlo. Es, además, como suele decirse, un aviso a navegantes
para quien crea que hace las cosas bien pero…
El
caso de aquella persona poseía por un demonio no era extraño entonces. Los
enemigos de Dios, queremos decir Satanás y los suyos, siempre han querido contrariar
las almas de aquellos que siguen al Todopoderoso.
Jesucristo,
con ser Dios hecho hombre, puede controlar al demonio. Pero, para eso, es
necesario que quien quiere un favor tan grande manifieste fe. Y eso es lo que
hace aquel hombre. Y sus Apóstoles, según vemos, les hacía falta oración… de
verdad.
JESÚS, gracias por enseñar lo importante que es la oración
bien hecha.
Eleuterio Fernández Guzmán
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