18 de septiembre de 2019

No estar siempre a lo nuestro

Lc 7, 31-35
"31 '¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? 32 Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: "Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado.' 33 «Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: 'Demonio tiene.' 34 Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: 'Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.' 35 Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos".

COMENTARIO

En otro lugar de los Santos Evangelios dice San Juan que la Luz vino al mundo y el mundo no la recibió. Y algo así se nos dice en este texto de San Lucas. Y es que, al parecer, aquellos que convivieron con el Hijo de Dios, sus hermanos los hombres no parecían tener muy claro ni que era, eso, el Enviado del Creador ni qué podía significar eso. Por eso les dice que son como aquellos chiquillos que se enfadan porque los demás no hacen lo que ellos quieren que hagan y no se comportan como, según los primeros, deberían comportarse.
Es bien cierto que había muchos que no querían saber nada de aquel Maestro que enseñaba con verdadera autoridad. Pero ellos, ellos mismos, hacían todo lo posible para que el pueblo no conociera la Verdad. Y por eso actuaban como actuaban.

JESÚS, gracias por poner las cartas sobre la mesa y desenmascarar a tantos hermanos tuyos que no quieren comprenderte.

Eleuterio Fernández Guzmán

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