26 de abril de 2018

La Luz no puede esconderse



Mt 5, 13-16

13 'Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.' 14 'Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. 15 Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Brille, así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.'”


COMENTARIO

Lo que dice, en este texto del Evangelio de San Mateo, el Hijo de Dios es más que importante. Y es que decirle a los discípulos lo que les dice es ponerlos, en el mundo, en una posición más que ventajosa para su espíritu.

La sal da sabor. Por eso, los discípulos de Cristo han de dar sabor al mundo porque el mundo es amargo y agrio. Por eso, la sal no puede dejar de ser sal porque no hay forma de volver a convertirla en sal.

Y ser luz del mundo quiere decir que la Palabra de Dios ha de difundirse y no puede quedar escondida debajo de ningún celemín. Y es que hacer eso supone no dar a conocer lo único que debe importar en la vida del hombre.

JESÚS,  gracias por ser Sal y por ser Luz.


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