24 de marzo de 2017

Recoger con Cristo


Jueves III de Cuaresma
Lc 11,14-23

En aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo; sucedió que, cuando salió el demonio, rompió a hablar el mudo, y las gentes se admiraron. Pero algunos de ellos dijeron: ‘Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios’. Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo. Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: ‘Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?, porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama’”.

COMENTARIO

No es poco cierto que cuando el Hijo de Dios, dotado del poder absoluto por parte del Todopoderoso, expulsaba un demonio de una persona, había muchos que se extrañaban de aquello y se preguntaban hasta qué punto aquello era ordinario de parte de un hombre.

Jesucristo, sin embargo, sabía que eso lo decían para utilizar un argumento así en contra de Quien había venido al mundo a salvar a quien necesitaba ser salvado aunque hubiera muchos que no quisiesen entender eso.

Hay algo que, al final de este diálogo, dice el Hijo de Dios que deberían haberlo tenido muy en cuenta aquellos que le escuchaban. Y es que quien no está con Él pierde lo que cree que tiene mientras que quien está con el Enviado de Dios, recoge lo bueno y mejor.

JESÚS, ayúdanos a recoger contigo.


Eleuterio Fernández Guzmán

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