11 de febrero de 2017

Multiplicar la misericordia


Sábado V del tiempo ordinario
Mc  8,1-10

En aquel tiempo, habiendo de nuevo mucha gente con Jesús y no teniendo qué comer, Él llama a sus discípulos y les dice: ‘Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos’. Sus discípulos le respondieron: ‘¿Cómo podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?’. Él les preguntaba: ‘¿Cuántos panes tenéis?’. Ellos le respondieron: ‘Siete’.

Entonces Él mandó a la gente acomodarse sobre la tierra y, tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos pocos pececillos. Y, pronunciando la bendición sobre ellos, mandó que también los sirvieran. Comieron y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes siete espuertas. Fueron unos cuatro mil; y Jesús los despidió. Subió a continuación a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

COMENTARIO

Lo que nos dice este texto del Evangelio de San Marcos es algo que Jesús había hecho en, al menos y que sepamos, otra ocasión. Y era que, viendo que eran muchos los que le seguían quiso darles de comer espiritual pero también materialmente.

Sus Apóstoles no saben qué hacer. Ellos actúan como seres humanos y no creen puedan solucionar aquella situación. Pero Jesús sabe que, pidiendo a Dios, todo se obtiene si se pide con fe y confianza. Y pide a Dios por aquellos que tan poco tienen.

Cristo pide a Dios y da gracias. Entonces, los panes, que eran sólo siete, empiezan a multiplicarse de tal forma que hubo para todos e incluso sobró. Ellos se saciaron del pan y comprendieron que aquel Maestro era, de verdad, el Mesías enviado por Dios.


JESÚS, ayúdanos a pedir a Dios con fe y confianza



Eleuterio Fernández Guzmán

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