2 de noviembre de 2012

Aceptar a Cristo como Quien es






Lc 23 ,33.39-43

“Cuando los soldados llegaron al lugar llamado Calvario, crucificaron allí a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Uno de los malhechores colgados le insultaba: ‘¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!’. Pero el otro le respondió diciendo: ‘¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho’. Y decía: ‘Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino’. Jesús le dijo: ‘Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso’”.


COMENTARIO

Ante Jesús, aquellos que lo conocían o habían oído hablar de aquel Maestro que hacía tantas cosas extraordinarias, se podía mantener una doble actitud: se le creía o no se le creía. Según se adoptara una posición u otra, aquel momento de la cruz, de Su cruz y Pasión, se vivía de una forma u otra.

Aquel ladrón, llamado bueno, comprendió que Aquel hombre que estaba colgado con ellos en unos palos cruzados, no era culpable de nada que le hiciese acreedor al castigo que le estaban provocando. Entendió que Jesús era Dios.

Aceptar a Cristo es aceptar, sin duda alguna, al mismo Creador. Por eso Jesús sabe que aquel hombre se ha convertido y, por eso mismo, lo tendrá en su Reino dentro de muy poco tiempo. Aceptó a Jesús y su corazón fue aceptado, de inmediato, en el Cielo.


JESÚS,  aquellos que te aceptan sin medida y sin poner traba alguna, alcanzan la vida eterna. Muchas veces lo dijiste pero otras tantas veces nosotros mismos, los que mucho creemos saber de Ti, rechazamos tus palabras con nuestros gestos.



Eleuterio Fernández Guzmán


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