25 de diciembre de 2011

Ha nacido Cristo







Lc 2,1-14

“Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Quirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.

Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El Ángel les dijo: ‘No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre’. Y de pronto se juntó con el Ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: ‘Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes Él se complace’.

COMENTARIO

El pueblo judío llevaba muchos siglos esperando al Enviado de Dios que, siendo el Mesías, los salvara de su enemigo. Sin embargo con quien tenían que enfrentarse era contra sí mismo por haberse apartado de la ley de Dios.

El Ángel del Señor anunció que quien tenía que venir, ya venía. Antes María y José, para cumplir con la ley humana se tienen que trasladar a Belén y allí mismo, en un establo pobre, nace Cristo, el Hijo de Dios.

Los pastores escuchan lo que les dice el Ángel y acuden donde estaban José, María y el Niño-Dios que había venido al mundo en un lugar pobre para demostrar que la riqueza de Dios es otra muy distinta a la que es humana y material.


JESÚS,  hoy celebramos tu nacimiento. Una Navidad más recordamos que el mundo se salvó porque viniste al él para poner paz y para que la ley de Dios se cumpliera. ¡Felicidades, Jesús!



Eleuterio Fernández Guzmán


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