10 de agosto de 2011

Morir para vivir para siempre

Jn 12,24-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará’".

COMENTARIO


Morir para ser. Debió resultar difícil de entender para los que acompañaban a Jesús que les dijera que para poder vivir antes tenían que morir porque no resulta fácil comprender tan extraño acontecimiento.


El hombre viejo, el ser humano que se apega a lo que tenía siendo aquello de poco provecho para la vida eterna debe dejar aquellas viejas cosas en el tiempo pasado y venir a ser un hijo de Dios nuevo, el odre también nuevo la savia del corazón de Cristo.


Jesús promete honra por parte de Dios en caso de seguirlo a Él. A falta de comprensión acerca de su naturaleza divina y de su ser Él mismo el Creador decir que seguirlo supone ganarse la confianza de Dios es, en efecto, una forma de acercar la verdad a sus discípulos.


JESÚS, querías que te siguieran conociendo la verdad. Por eso les dice que Dios honra a quien te sigue pero que, para eso, hay que dejar lo viejo en el pasado y mirar con nuevos ojos y nuevo corazón, de carne, hacia lo que es el ahora mismo. Olvidarse, como en otro momento dirías, incluso, de lo más querido.



Eleuterio Fernández Guzmán

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