En Sábado Santo no hay lecturas que meditar porque se espera el día de la Resurrección. La Vigilia Pascual ha de llenar nuestras vidas a sabiendas de lo que está por venir.
Esperar, y hacerlo con la fe suficiente como para saber que Cristo resucita y que está con nosotros hasta el fin de los tiempos... que esto lo prometió y nadie gana a Dios en fidelidad a lo dicho.
Esperar y, sabiendo que mañana María encontrará a Jesús y lo llamará ¡Maestro! y correrá a decirle a los reunidos que ha visto al Mesías y sabrán, todos, que lo que tantas veces les había dicho era cierto y que nunca los abandonará, gozar con estos momentos de mirar Al que viene.
JESUS, esperamos tu vuelta de los infiernos para estar con nosotros siempre, siempre, siempre. ¡Alabado sea Dios que cumple siempre lo que promete!
Eleuterio Fernández Guzmán
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