1 de febrero de 2020

Tener miedo o tener dudas


Mc 4, 35-41
"Este día, al atardecer, les dice: 'Pasemos a la otra orilla.' Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él. En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: 'Maestro, ¿no te importa que perezcamos?' Él, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: '¡Calla, enmudece!' El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: '¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?' Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: 'Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?'"

COMENTARIO

Como podemos imaginar, a lo largo de la vida, digamos, pública, del Hijo de Dios, tuvieron que pasar por muchas malas situaciones aquellos que le seguían más de cerca. Por eso no nos extraña que tuvieran miedo aquellos que, aún siendo la mayoría rudos pescadores, veían que la barca se iba a pique.
Ellos, al parecer no tienen aún demasiada confianza en Aquel que les acompaña. Y sí, está durmiendo Jesucristo pero eso no quiere decir que no sepa lo que pasa. Humanamente, a lo mejor no pero, como Dios hecho hombre, estaba al cabo de la calle de todo.
Ellos tienen miedo y, además, dudan. Y lo hacen porque se preguntan acerca de quién es Aquel que es capaz de dominar al viento y al mar. En realidad, pareciera que aún tenían velado el corazón para comprender que Aquel que les acompañaba era el Mesías enviado por Dios para que el mundo se salvase ya sabemos cómo...

JESÚS, gracias por comprender a los que no siempre tienen fe o confianza en Ti.

Eleuterio Fernández Guzmán

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