9 de febrero de 2019

Perseverantes en la fe


Mc 6, 30-34


Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. El, entonces, les dice: ‘Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.’ Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.”
       


COMENTARIO

Jesús envía a los suyos a evangelizar. Ellos vuelven porque a comunicar aquello que les había pasado. Pero Jesús, que sabia que muchas personas le seguían para escucharle necesitaba escuchar a sus apóstoles. Los lleva a un lugar aparte para poder enseñar con tranquilidad.

Pero muchos iban tras Él porque querían seguir escuchándole. No se dejaban despistar fácilmente porque tales eran las ganas que tenían que escucharle que fuera donde fuera iban a buscarlo.

Jesús sabía que la misión que tenían que cumplir tenía que llevarla a cabo. Aquellas personas estaban, espiritualmente, perdidas, como ovejas sin pastor. Por eso, a pesar de estar humanamente cansado, no dejaba de enseñarles.


JESÚS, por mucho que te alejes del mundo para enseñar a tus apóstoles los que te quieren siempre te encuentran. Ayúdanos a ser perseverantes en la fe.





Eleuterio Fernández Guzmán


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