17 de agosto de 2017

Perdonar y volver a perdonar

Mt 18, 21-30.32-35

21 Pedro se acercó entonces y le dijo: ‘Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?’ 22 Dícele Jesús: ‘No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.’ 23 ‘Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24 Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. 25 Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. 26 Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: ‘Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré.’

27 Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda. 28 Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: ‘Paga lo que debes.’ 29 Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: “Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré.” 30 Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía.

32 Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: ‘Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. 33 ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?” 34 Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. 35 Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.’”


COMENTARIO

Pedro está preocupado. Y es que, seguramente, ha visto muchas veces como Jesús, su Maestro, perdona a quienes él no sería capaz ni de mirar a la cara. Por eso se atreve a preguntarle que cuántas veces ha de perdonar.

La respuesta de Jesús no se hace esperar. No es, casi seguro, como creía que iba a ser Pedro pero es, ciertamente, muy difícil de cumplir: siempre. Y es que perdonar siete veces siete es lo mismo que decir que tantas veces se es ofendido, tantas vece se ha de perdonar.

Y pone un ejemplo. El Hijo de Dios pone el ejemplo de quien mucho perdonó. Espera, tal persona (pensemos lo mismo de Dios) que el perdonado haga lo mismo con quien algo le debe. Pero falla y es egoísta. No podemos, entonces, quejarnos del trato que el señor le da a un siervo tan egoísta...


JESÚS, ayúdanos a saber perdonar siempre.


Eleuterio Fernández Guzmán

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