10 de noviembre de 2014

Aumentar nuestra fe


 Lunes XXXII del tiempo ordinario

Lc 17,1-6

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Es imposible que no vengan escándalos; pero, ¡ay de aquel por quien vienen! Más le vale que le pongan al cuello una piedra de molino y sea arrojado al mar, que escandalizar a uno de estos pequeños. Cuidaos de vosotros mismos. 

‘Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale. Y si peca contra ti siete veces al día, y siete veces se vuelve a ti, diciendo: ‘Me arrepiento’, le perdonarás». 

Dijeron los apóstoles al Señor; ‘Auméntanos la fe’. El Señor dijo: ‘Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: ‘Arráncate y plántate en el mar’, y os habría obedecido
’”·.


COMENTARIO

Jesús predicaba siempre en el sentido de enseñar aquello que es importante para sus discípulos. Por eso siempre se refiere a lo que tiene relación directa con el qué hacer de cada día, con la relación del hombre con su prójimo. El amor, aquí, cuenta mucho.

A Jesús no le gusta que el hombre peque. Aún le gusta más que otros lleven al pecado a otros. Y no le gusta para nada esto porque supone una acción doblemente perversa. Por eso nos pone sobre la pista de qué no debemos hacer.

Aquellos discípulos suyos más allegados quieren que Jesús les aumente la fe. Sin embargo no se trata de algo automático que el Hijo de Dios pudiera hacer sino que corresponde a cada uno tener fe, alimentarla y, así aumentarla.


JESÚS, ayúdanos a aumentar nuestra fe; fomenta, en nosotros, la confianza en Ti y en Dios Todopoderoso.

Eleuterio Fernández Guzmán


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