18 de agosto de 2014

Cumplir, verdaderamente, con la voluntad de Dios




Lunes XX del tiempo ordinario


Mt 19,16-22


En aquel tiempo, un joven se acercó a Jesús y le dijo: 'Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?'. Él le dijo: '¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos'. '¿Cuáles?' —le dice él—. Y Jesús dijo: 'No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo». Dícele el joven: 'Todo eso lo he guardado; ¿qué más me falta?'. Jesús le dijo: 'Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme'. Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.”


COMENTARIO

Muchas veces creemos que, con relación a Dios, llevamos una vida, digamos, adecuada y que el Creador ha de estar contento con lo que somos y hacemos. Pero ¡en tantas ocasiones no es así!

Aquel joven era un piadoso judío que cumplía con las normas establecidas y vivía en la seguridad de actuar de acuerdo con la voluntad de Dios. Por eso, seguramente, se dirige a Jesús pensando que le va a decir que todo lo ha hecho bien. Pero, como suele ser habitual, aquel Maestro, va a salir por donde nadie lo espera.

Al parecer todo lo había hecho bien. Sin embargo, le faltaba algo que era muy importante: tener en cuenta que no importa aquello que se acumula en esta vida. Por eso debía venderlo todo y dárselo a los pobres. Y eso no le gustó nada porque, en efecto, era muy rico.




JESÚS, lo que debemos hacer tiene, muchas veces, poco que ver con lo que hacemos. Ayúdanos a cumplir con la voluntad de Dios por muy difícil que eso sea para nosotros.




Eleuterio Fernández Guzmán


No hay comentarios:

Publicar un comentario