25 de junio de 2014

Frutos negros



Miércoles XII del tiempo ordinario


Mt 7,15-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis’”.


COMENTARIO

Jesús sabía que, a lo largo de la historia del pueblo judío muchos se habían hecho pasar por profetas de Dios cuando, en realidad, no lo eran y sólo querían aprovecharse de tal mentira. Ellos llevaban disfraces de buenos cuando, en realidad, eran discípulos del Maligno.

Es bien cierto que lo que no puede ser es difícil que sea. Por eso Jesús insiste en el cuidado que se ha de tener con los falsos profetas porque, lógicamente, no pueden dar buen fruto ni se puede esperar que lo den.

Aquello que es malo hay que eliminarlo. Jesús habla de arrojar al fuego lo que es mal fruto. Con ello advierte, nos advierte, de la necesidad de dar buen fruto porque, como hijos de Dios, eso es lo que espera el Padre de nosotros.





JESÚS, quieres que demos buenos frutos y que se nos conozca por eso. Ayúdanos a darlos.



Eleuterio Fernández Guzmán


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