2 de mayo de 2014

Aceptar a Cristo





Jueves II de Pascua

Jn 3,31-36

En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo: ‘El que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo, da testimonio de lo que ha visto y oído, y su testimonio nadie lo acepta. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él’”.

COMENTARIO

Sigue Jesús instruyendo a Nicodemo porque sabe que, siendo una persona considerada importante, conviene que esté en la verdad y se mantenga equivocado. Por eso Jesús insiste tanto en que comprenda que Él es el enviado de Dios.

Cuando Jesús se presenta al mundo hay muchos que aceptaron lo que decía. Sin embargo, también hubo muchos que no lo aceptaron para nada y que buscaban su perdición. Pero Jesús sabe que es muy importante aceptarlo como Quien es.

Jesús no dice cosa que sea de poca importancia. Nada más y nada menos que centra la creencia su persona en ganar la vida eterna. Es decir quien cree en Él cree en Dios que lo ha enviado y quien no cree en Él no cree en Dios. Así de sencillo.



JESÚS, enseñas a Nicodemo lo que es importante que sepamos todos. Ayúdanos a tener por bueno todo, todo, lo que nos dices y enseñas.





Eleuterio Fernández Guzmán


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