22 de abril de 2014

Jesucristo sale al encuentro


Martes de la octava de Pascua



Jn 20,11-18

En aquel tiempo, estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: 'Mujer, ¿por qué lloras?'. Ella les respondió: 'Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto'. Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: 'Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?'. Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: 'Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré'. Jesús le dice: 'María'. Ella se vuelve y le dice en hebreo: 'Rabbuní', que quiere decir 'Maestro''. Dícele Jesús: No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: ‘Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios’'. Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras”.

COMENTARIO

María Magdalena quería mucho a Jesús. No extraña, para nada, que vaya al sepulcro y que, además, esté llorando fuera. Pero, cuando ve a los ángeles (que no se ven todos los días) seguramente algo bueno pasó en su corazón.

Aquellos enviados de Dios estaban allí, en cierta manera, para consolar a María Magdalena. Pero ella no los conoce. Es más, luego confunde a Jesús con la persona que trabajaba aquel huerto donde fue enterrado el Maestro. Ella aún no lo ha visto.

Jesús sale al encuentro de María. Podemos imaginar qué pasaría por el corazón de aquella joven cuando voó al Maestro. Entonces Jesús la envía a comunicar la Buena Noticia de su Resurrección. Ella no lo duda y cumple, de inmediato, con aquella tan especial misión.


JESÚS, cuando resucitas sales al encuentro de los que te conocieron. Que nunca se nos olvide que volviste para quedarte para siempre.




Eleuterio Fernández Guzmán


No hay comentarios:

Publicar un comentario